Al aceptar brindar atención homeopática a un individuo que acude a consulta a causa de una enfermedad aguda de cualquier naturaleza, es fundamental que el médico homeópata domine el arte de interrogar, el arte de escuchar y el arte de la exploración física (semiología y propedéutica médica). Esto implica, por lo tanto, saber llegar a un diagnóstico nosológico y a un diagnóstico individual del enfermo, y para este último valorar y dar prioridad a los síntomas según lo útiles que sean para una correcta prescripción homeopática, y así actuar de la mejor manera ante la enfermedad.
Por lo tanto, para la administración del remedio homeopático, se requieren el diagnóstico clínico correcto y el diagnóstico correcto del medicamento, y para este fin es indispensable jerarquizar correctamente los síntomas y signos obtenidos. Para este fin, existen varias herramientas y métodos, algunos antiguos y confiables, así como otros recientes, pero aparentemente bien fundamentados y que vale la pena poner a prueba. Es también de elevada importancia una adecuada repertorización y consulta de materias médicas homeopáticas confiables, siempre con el fin último de fundamentar la correcta prescripción mediante la captura de la totalidad sintomática exclusivamente de la enfermedad aguda en cuestión.
Enfermedades Agudas
Se pude definir enfermedad aguda como cualquier enfermedad que perturba temporalmente la salud de un individuo. Por lo tanto, se pueden resaltar las dos características principales de las enfermedades agudas: su rápida evolución y su corta duración.
Dicho lo anterior, se puede inferir que la mayoría de estas enfermedades son autolimitadas y culminan en uno de dos posibles escenarios simples: la curación o la muerte. Sin embargo, entre estos dos extremos, pueden existir puntos medios, y son aquellos casos en los que una enfermedad aguda deja secuelas irreversibles en algunos individuos.
Clasificación de las enfermedades agudas
Las fiebres, cuadros de dolor agudo, infecciones bacterianas, virales o parasitarias se incluyen en la clasificación de las enfermedades agudas. Sin embargo, con fines prácticos, se pueden clasificar las enfermedades agudas en infecciones agudas, indisposiciones y exacerbaciones agudas de enfermedades crónicas (Tabla 1).
Conociendo esta clasificación, se puede deducir que, en la mayoría de los casos, solamente las infecciones agudas requieren tratamiento, ya que las indisposiciones cederán por sí solas o mediante procedimientos mecánicos o quirúrgicos (e. g., extraer una astilla enterrada en el pulpejo del dedo gordo del pie) y las exacerbaciones agudas de las enfermedades crónicas pueden ser tratadas con el medicamento constitucional.
Otra manera de clasificar las enfermedades agudas se puede hacer con base en la cantidad de individuos afectados; de esta manera, se tienen enfermedades agudas individuales y colectivas.
Tabla 1. Clasificación de las enfermedades agudas en homeopatía.
Tipos de Enfermedades Agudas
|
||
Infección aguda
|
Indisposición
|
Exacerbaciones
agudas de enfermedades crónicas
|
Toda aquella perturbación en la salud en la que
se puede relacionar un cuadro clínico característico con algún microorganismo
patógeno o sustancia tóxica desencadenante, e. g.:
|
Toda aquella perturbación pasajera de la salud
que no pone en peligro la vida del individuo, en la que se puede percibir la
causa ocasional existente y que es autolimitada o se soluciona con medidas
mecánicas o quirúrgicas, y no medicinas; e. g.:
|
Cuadros de una clara agravación de los síntomas
de una enfermedad crónica, por susceptibilidad orgánica a diversos factores
climáticos, alimenticios, psicológicos, etc.; e. g.:
|
Enfermedades agudas individuales
Esta categoría incluye infecciones agudas no recurrentes, indisposiciones y exacerbaciones de las enfermedades crónicas (Tabla 1), de las que se conoce una causa desencadenante y de mantenimiento en el individuo, y que no se repite en la mayoría de los miembros de la comunidad o población a la que pertenece dicho individuo.
Enfermedades agudas colectivas
Por otra parte, las enfermedades agudas colectivas, pueden presentarse en una cantidad considerable de individuos a la vez, en cierta época del año, por epidemias o por los llamados “miasmas agudos” (Agentes infecciosos que provocan un cuadro clínico constante y que se conocen con un nombre habitual; e. g.: varicela, parotiditis, sarampión, rubéola, etc.); estos últimos se presentan una vez en la vida, confiriendo al individuo inmunidad permanente tras la remisión de la enfermedad. (Pita Conde, 2014)
El papel del homeópata en las enfermedades agudas
Es bien conocido que, cuando se atiende cualquier caso en la terapéutica homeopática, se considera al “enfermo en la enfermedad” y no la enfermedad del individuo; sin embargo, este paradigma, expresado por muchos con el enunciado “no hay enfermedades, sino enfermos”, ha sido objeto de numerosas interpretaciones erróneas, entre las que destaca aquella que establece que solamente son importantes los síntomas mentales y alguno que otro síntoma físico característico, único y raro, dejando de lado los diagnósticos nosológico, etiológico o diferenciales, al no llevar a cabo una correcta exploración física (o ni siquiera llevarla a cabo), o no solicitar estudios laboratoriales o de gabinete.
Por lo tanto y con la finalidad de lograr una mejor comprensión acerca del abordaje homeopático de las enfermedades agudas, queda lugar a la clarificación de algunos conceptos:
- El enfermo en la enfermedad.
- Síntomas raros y singulares.
- Totalidad sintomática.
Estos conceptos deben ser claros y perfectamente entendidos por cualquiera que se haga llamar homeópata, por lo que aquél que los ignore puede caer (aunque no intencionalmente) en la charlatanería.
El enfermo en la enfermedad
Es irrefutable, dados los incontables casos de homeópatas, médicos homeópatas y pacientes tratados con homeopatía a nivel mundial que refieren una recuperación total a merced de esta terapéutica, que uno de los elementos clave para lograr la curación del enfermo (sanar), es la individualización. En el caso de los individuos que presentan un cuadro de una enfermedad aguda deberá determinarse lo característico de cada enfermo en relación con otros que presentan la misma enfermedad. Para este fin, debe llegarse primero a un diagnóstico nosológico (pues la acción del medicamento sobre el organismo del individuo sano debe ser semejante a la del agente causal en el individuo enfermo) y, partiendo de este punto, interrogar al enfermo e indagar entre los síntomas para encontrar aquellos raros y singulares del enfermo.
Síntomas raros y singulares
Para calificar un síntoma de característico, único, raro y singular o peculiar, se deben obtener datos específicos de este (si es que estos existen), como son: localización, irradiación, sensación, modalidades, circunstancias en las que comenzó a manifestarse cada síntoma en cuestión, que lo vuelven distintivo del caso.
Totalidad sintomática
La finalidad de la entrevista homeopática es siempre obtener un conjunto de síntomas de tales características (raros y singulares) junto con otros síntomas comunes o patognomónicos, tomando en cuenta una jerarquía que va de lo superficial a lo profundo y de lo general a lo particular, partiendo del síntoma o síntomas que se consideran el motivo de consulta y las alteraciones fisiológicas que estos provocan, continuando con síntomas generales (que afectan al organismo, imposibles de localizar) para terminar con las alteraciones manifiestas relacionadas con la afectividad, el intelecto y la voluntad, que son percibidos por el individuo y/o quienes lo rodean, manifestaciones que, en la terapéutica homeopática se conocen elementalmente como síntomas mentales.
Tal conjunto de síntomas, los cuales están interrelacionados lógicamente y ponen de manifiesto una manera individual de enfermar, se considera básicamente la definición del concepto “Totalidad sintomática”.
La totalidad sintomática del enfermo agudo, consiste básicamente en el cuadro sintomático presente, considerando la etiología, sensaciones, localizaciones, modalidades y síntomas concomitantes, tomando en cuenta que para cada enfermedad aguda existe un remedio semejante y que los síntomas pueden cambiar de acuerdo con la evolución del proceso patológico, razón por la cual, en ocasiones puede ser necesaria la prescripción de una sucesión de remedios para llegar a la curación, si y sólo si la totalidad sintomática indica una nueva mejor opción cada vez que se lleva a cabo el seguimiento y se analiza la evolución del enfermo.
Referencias
Hahnemann, S. (2001). El Órganon de la Medicina. Comentado por David Flores Toledo (2 ed.). México: Instituto Politécnico Nacional.
Pita Conde, M. J. (Marzo de 2014). Fundamentos de la enfermedad aguda en homeopatía. El botiquín. Farmacia Profesional, 28(2), 28-31. Obtenido de http://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-fundamentos-enfermedad-aguda-homeopatia-el-X021393241495864X
Vijayakar, P. (2008). Homeopatía Predictiva. Teoría de las Agudas (1 ed.). New Delhi, India: B. Jain Publishers (P) Ltd.
Comentarios
Publicar un comentario